l padre del bebé relató que su esposa fue llevada al hospital 02 del IMSS Gonecopediátrico de Los Mochis tras presentar dolores de parto.
Tras varios días, los médicos realizaron una labor de parto prematuro y le informaron a la madre que el bebé había nacido muerto.
El departamento de Trabajo Social pidió al padre que comprara un ataúd para niños y le entregaron el certificado de defunción. Sin embargo, al abrir la caja para ver al bebé, a petición de la abuela, notaron que el bebé aún estaba vivo.
De inmediato, lo trasladaron de regreso al IMSS y luego en una ambulancia de Cruz Roja al mismo hospital donde horas antes lo habían declarado muerto.
La irresponsabilidad del médico que atendió al bebé fue evidente al no percatarse de sus débiles signos vitales, pudiendo haber causado su muerte si hubiera sido sepultado.
El padre del bebé denunció que los funcionarios del hospital intentaron silenciar el caso y presionaron para que no lo hicieran público. Incluso condicionaron la entrega del certificado de nacimiento a cambio del de defunción.
El padre, sin embargo, se negó a ceder y buscó evidencia de la negligencia médica.
El IMSS intentó cambiar la narrativa y llamó al bebé «un milagro», justificando su responsabilidad médica con el fin de
confundir la negligencia con un acto sobrenatural. También contactaron al padre para que desistiera de demandas y declaraciones a los medios.
El caso ha generado indignación y levantado sospechas sobre la conducta del personal del hospital y su intento de encubrir la negligencia. La Comisión de Derechos Humanos fue contactada para intervenir en el asunto.