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Culiacán, Sinaloa, 17 de agosto de 2024 (Redacción).- La semana negra del gobernador Rubén Rocha Moya comenzó el sábado 10 de agosto, 16 días después de la captura de Ismael «El Mayo» Zambada. Ese día se filtró una explosiva carta atribuida al narcotraficante, lo que desencadenó una serie de eventos que acapararon titulares en medios nacionales e internacionales.

El efecto dominó continuó el viernes 16 de agosto, cuando la fiscal Sara Bruna Quiñónez presentó su renuncia tras la exposición de irregularidades en la investigación del asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda. Según Zambada, el homicidio ocurrió en Huertos del Pedregal, donde también se había convocado al gobernador.

En redes sociales, Rocha reconoció la «responsable» decisión de la fiscal de renunciar, destacando su honorabilidad. No obstante, el gobernador admitió desconocer si la Fiscalía General de la República (FGR) investigará a la ahora exfiscal.

El escándalo no se detuvo con la carta del sábado. A partir de entonces, se desplegó una campaña mediática para limpiar la imagen del gobernador. Incluso, el empresario Jesús Vizcarra se sumó al esfuerzo, negando haber recibido dinero ilícito en sus empresas. Esto surgió después de que Rocha confirmara que Vizcarra le prestó un avión para un viaje familiar a Los Ángeles, justo cuando ocurrieron los hechos en cuestión.

Ambos personajes quedaron envueltos en la controversia por la captura de «El Mayo» Zambada y el asesinato de Cuén Ojeda. La carta de Zambada obligó a Rocha a hablar públicamente sobre los eventos del 25 de julio, aunque inicialmente intentó esquivar el tema.

A partir de entonces, el gobernador adoptó un tono más abierto al diálogo, intentando convencer a la ciudadanía de que no estaba involucrado en los hechos. Sin embargo, sus primeras apariciones públicas después del escándalo contrastaron con su actitud previa, mostrándose más reservado.

Durante un evento en la inauguración del nuevo Hospital General de Culiacán, Rocha Moya declaró: «Si dijeron que iba a estar yo, le mintieron. No tengo por qué ir… Nadie del crimen organizado tiene que contactarme para resolver un problema. No hay complicidad».

En ese mismo evento, el gobernador solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador que la investigación del asesinato de Cuén Ojeda fuera atraída por la FGR para garantizar mayor imparcialidad, a lo que el presidente accedió.

En respuesta a las acusaciones, figuras de Morena, tanto a nivel estatal como nacional, expresaron su respaldo a Rocha Moya, asegurando que su gobierno cumple con los principios de la Cuarta Transformación.

El gobernador también respondió a preguntas sobre si acudiría a declarar ante autoridades mexicanas o estadounidenses de ser necesario. Afirmó que no sería llamado a declarar, sino a proporcionar información, y que su viaje a Los Ángeles fue simplemente una salida vacacional familiar.

Sin embargo, un comunicado de la FGR el jueves por la tarde complicó aún más la situación al señalar irregularidades en la investigación del asesinato de Cuén Ojeda. Esto culminó en la renuncia de la fiscal Sara Bruna Quiñónez, quien no ofreció explicaciones sobre cómo un agente investigador se convirtió en escolta personal de «El Mayo» Zambada.

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