La reciente ola de violencia en la zona serrana de Concordia ha dejado múltiples víctimas y familias desplazadas, mientras el turismo continúa sin alertas.
Concordia, 16 de octubre de 2024. La violencia en la sierra de Concordia ha alcanzado un nuevo pico con el multihomicidio ocurrido el 4 de octubre, que dejó un saldo de cinco muertos en un enfrentamiento armado en los límites con La Yerbabuena, Durango. A pesar de la situación, el turismo no ha disminuido, ya que los visitantes continúan llegando a lugares como Copala, generando una aparente normalidad en medio del caos.
El presidente municipal de Concordia, Raúl Díaz Bernal, aseguró que no hay alertas para los turistas, quienes visitan la zona sin miedo. Observó un grupo de norteamericanos atentos a un guía turístico en el palacio municipal, mientras la calma tensa persiste en la región. A pesar de los enfrentamientos y la presencia de grupos armados en las carreteras, los turistas nunca han sido molestados, según un conductor de autobuses turísticos.
En el contexto de la violencia, Díaz Bernal especificó que el enfrentamiento del 4 de octubre ocurrió más allá de La Petaca, en los límites con Durango, y no en la comunidad misma, como se había reportado inicialmente. Sin embargo, versiones de pobladores contradicen esta declaración, afirmando que los grupos armados han despojado a los habitantes de sus pertenencias y que el número de muertos en los enfrentamientos es mucho mayor al reportado oficialmente.
La violencia no solo ha cobrado vidas; también ha provocado el desplazamiento de decenas de familias que han huido hacia El Salto, Durango, y otras localidades en busca de seguridad. Las familias que han decidido quedarse enfrentan problemas como la falta de agua potable debido a los daños en el sistema eléctrico que alimenta el servicio. La situación se agrava con el temor generalizado y el impacto emocional que estos eventos violentos han causado en las comunidades afectadas.
En respuesta a la crisis, muchos habitantes han denunciado que las balaceras se han prolongado durante horas sin que se proporcione información oficial, lo que alimenta la incertidumbre y el miedo entre los residentes de la zona.