Tras el asesinato de directivos y una masacre en la clínica Shaddai, cinco centros de rehabilitación cerraron en Sinaloa, dejando sin atención a 276 pacientes.

Culiacán, Sinaloa, 14 de abril de 2025.- La violencia que azota a Sinaloa ha alcanzado una nueva dimensión al impactar directamente en los centros de rehabilitación. El reciente atentado en la clínica Shaddai, que dejó nueve muertos y cinco heridos, desencadenó el cierre de cinco centros y provocó la interrupción del tratamiento de 276 pacientes con adicciones.

Las víctimas del ataque, ocurrido el pasado lunes 7 de abril, incluyeron al director y subdirector de la clínica Shaddai. Horas después, fue localizado sin vida Guillermo Rodríguez, líder de la Unión de Redes de Centros de Rehabilitación en Sinaloa y propietario de varias clínicas. También fue asesinado Rodrigo Campiña, subdirector del centro Rehabilítate.

Estos hechos violentos llevaron al cierre inmediato de las clínicas Shaddai, Casa Manantial, Rehabilítate, Vida y Transformación, todas pertenecientes a Guillermo Rodríguez, lo que dejó a cientos de internos sin la posibilidad de continuar su proceso de recuperación.

Según Martha Alicia Torres Reyes, directora de CEPTCA, aunque los centros contaban con registro y dos incluso con reconocimiento federal, se optó por liberar a los pacientes para salvaguardar su integridad. “Fue lo más correcto abrir las puertas y entregarlos a sus familias”, afirmó.

Este fenómeno se da en un contexto donde el número de personas en tratamiento por adicciones va en aumento. Según datos del CEPTCA, de 2021 a 2023 se registró un incremento del 27.3%, al pasar de 11,638 a 14,814 internos. Actualmente, se estima que hay más de 16 mil pacientes recibiendo atención en el estado.

Torres Reyes señaló que no todos los consumidores deben ser internados. Solo aquellos con consumo problemático, pérdida de autocuidado o conflictos legales requieren tratamiento residencial, el cual se define bajo criterios clínicos específicos.

Frente a esta crisis, el Gobierno del Estado ha reforzado su política pública en adicciones con tratamientos ambulatorios, un programa de becas de internamiento por cuatro millones de pesos, y la Línea de Salud Mental (6677 58 71 53), que permite canalizaciones urgentes hacia las 14 unidades ECOSAMA activas.

Mientras tanto, las autoridades estatales desplegaron un operativo de vigilancia en los 256 centros de rehabilitación registrados en Sinaloa, ante el temor de nuevos ataques. La violencia ha sido atribuida a la disputa entre los grupos criminales de Los Chapitos y Los Mayos, una guerra interna que ha dejado más de mil muertos desde septiembre de 2024, y ha afectado a siete centros con hechos violentos, varios de ellos ligados al reclutamiento forzado.

El panorama para los centros de rehabilitación se torna incierto, mientras Sinaloa enfrenta una crisis de seguridad que amenaza con agravar el problema de las adicciones.

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